La conspiración de los pocos
por Bill Bonner
Nota de Fernando Amerlinck: Leo cotidianamente al multimillonario Bill Bonner, quien sabe pensar y sabe cómo funciona el mundo real. Es crítico de Trump, de Hillary y del “deep state”, instancia todopoderosa no elegida por nadie pero que domina a los que creen que mandan y se alimenta de todos. Esta es la esencia de su carta de hoy, viernes santo, 14 de abril de 2017:
…Todo gobierno es una conspiración de los pocos contra los muchos. Puede llamarse comunismo, socialismo, o liberalismo, “derecho divino”, “dictadura del proletariado” o “Make America Great Again” —no importa. El programa es el mismo: los de adentro usan el gobierno para tomar poder, status y dinero de la gran masa de los de afuera…
La diferencia clave entre los de adentro y los de afuera es cómo hacen sus negocios. La gente común hace tratos de ganar-ganar con otros, para ganarse la vida lo mejor posible. Los de adentro hacen tratos de ganar-perder: contratos amañados, impuestos, guerras. confiscación de bienes, represión financiera, tasas de interés artificiales, restricciones y regulaciones que favorecen a sus industrias.
Al hablar de tratos de ganar-ganar y ganar-perder no hablamos del resultado. Nunca sabemos cómo saldrá un trato porque no conocemos el futuro. Hablamos de cómo se hace el trato al principio.
Cuando dos personas hacen un trato en la economía real (desde algo tan complicado como un contrato de mercadotecnia hasta comprar un litro de leche) cada participante espera, a fin de cuentas, salir ganando. De otro modo, no hará el trato. Ganar-ganar.
Pero cuando el gobierno federal pone un nuevo impuesto, arroja una bomba, o hace una regulación, está forzando un mal trato sobre la gente. El fabricante de la bomba gana una utilidad, pero la gente sobre la que cae no tiene más remedio que soportarla. Ganar-perder.
La bomba toma tiempo y recursos para fabricarse, destruyendo riqueza que podría servir para otras cosas. Y cuando estalla, destruye aún más riqueza.
El hombre civilizado de la economía real es un hacedor. Tiene que dar para poder recibir. A su jefe o a su cliente los tiene que satisfacer, o no obtiene nada.
El de adentro sólo recibe. Podrá esforzarse de sol a sol, pero eso no cambia las cosas… Gana dinero aunque no haga algo útil. No tiene que pagar una nómina, proveer un verdadero servicio, o satisfacer lo que requiere un cliente…
Trump tenía razón: la manera de Make America Great Again era “drenar el pantano” de tantos tratos ganar-perder que imponían los de adentro. Pero ahora que vemos a Trump trabajar con los de adentro en vez de en su contra (echando agua al pantano en vez de sacarla), podemos vislumbrar qué ocurrirá. Porque los de adentro nunca saben cuándo detenerse. Los federales controlan el sistema, y los de adentro controlan a los federales.
Son como garrapatas. En conjunto pueden saber que si siguen chupando la sangre del pobre perro, lo harán caer muerto y tendrán que buscar una nueva víctima. Pero individualmente nadie tiene el incentivo de dejar de chupar. Toman, toman, toman… hasta que algo ceda.
Históricamente, la única manera como se acaban los de adentro es con una catástrofe. Guerra, conquista, revolución o peste. Escoge la que te guste.
La mayor revolución en la historia humana ocurrió este día, hace unos dos milenios. Jesús fue crucificado. Ello marcó la transición del Antiguo Testamento al Nuevo Testamento… de una religión de un pueblo (los judíos) a una religión para cada quien (como individuos)… de los tratos ganar-perder de la antigüedad, a los tratos ganar-ganar del moderno capitalismo y sus consensos.
“Haz a otros lo que quisieras que hicieran contigo” es la única regla que hace falta para una economía de ganar-ganar.
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